El 15 de julio 2018, me subí a un avión con destino Bolivia. Allí descubrí una cultura muy diferente a la mía. Diferente pero a la vez muy humanamente enriquecedora. Confrontarse a otras realidades y otras costumbres me hicieron ver las cosas bajo otro ángulo. Me fascinaron los paisajes de aquel país, pero más aún, me fascinó la gente que conocí. Una mentalidad y manera de pensar que me enseñó mucho y me abrió mucho los ojos. Me sentí bienvenida desde el primer minuto en ese país que hasta entonces me resultaba ajeno. Dicen que visitar un país con gente local cambia mucho la experiencia que uno vive y tiene del país. Yo conocía gente allí, y reconozco que fue un privilegio. Pude conocer Bolivia bajo una perspectiva distinta a la de cualquier otro turista, y eso cambio mucho mi experiencia personal. Empecé por el altiplano, a 4000m de altitud en La Paz para despues conocer Tiahuanaco, Rurrenabaque, Copacabana, Sucre y más aún…