The Moving Feet

Durante el año que estuve de intercambio en Estados Unidos, supe que en algún momento tendría que ir a visitar Nueva York. Decidí ir a finales de invierno, y estuve ocho días con tres amigas que vinieron a visitarme. Siempre quise descubrir aquella ciudad de mis propios ojos. ¿Y que mejor que con tus tres mejores amigas ? En esos ocho días que estuvimos, visitamos TODO Nueva York. ¿No me crees? Pregúntale a mis amigas, ellas te lo confirmarán. Recorrimos kilómetros y kilómetros por toda la cuidad, de un lado a otro sin parar. (En realidad habíamos planeado las visitas de cada día antes del viaje e íbamos sin tiempo de todo lo que queríamos ver ~~madre mía~~). Según ellas, que ya habían estado, NY es muy distinta según la estación del año. Para esta vez nos toco bajo la nieve y con -8°C. Déjame decirte que de estar entre ocho y diez horas al día fuera en ese frío, nos helábamos, literalmente. Aquí dejo la primera parte de las fotos de mi viaje, de Manhattan, Brooklyn y Soho.

NY es única, a muchos niveles, y más aún por su arquitectura. Cuando digo arquitectura, seguro que te llega en mente esa imagen de rascacielos altísimos y avenidas interminables que cuadriculan la cuidad. Creo que esa misma arquitectura es lo que le da su carácter y más que nada su identidad. Según yo, esa identidad resalta más aún de noche. Cuando las avenidas infinitas se iluminan y que se pueden ver todos los cuadraditos de luz, de cada despacho o apartamento, en cada planta de los edificios. Como si miles de luciérnagas estuviesen posadas en las fachadas.